Las lluvias torrenciales causaron devastación, y a pesar de la respuesta
lenta de las autoridades, la solidaridad de la comunidad, voluntarios y
organizaciones no gubernamentales fue clave para la recuperación.
Por Astrid Ortiz.
Las lluvias intensas que cayeron el 26, 27, 28 y 29 de marzo, en la región
fronteriza de México y Estados Unidos, trajeron consigo un desastre de
proporciones históricas. Ciudades como Reynosa, Río Bravo y Matamoros,
Tamaulipas, McAllen y Laredo, Texas, se vieron severamente afectadas por el
desbordamiento de ríos y canales.
Este evento cataclísmico expuso las deficiencias en la infraestructura de la
región y la falta de preparación por parte de las autoridades locales, mientras
que las organizaciones de la sociedad civil, los voluntarios y figuras públicas
se unieron para mitigar las consecuencias.
Las lluvias: el inicio de una tragedia.
El 26 de marzo, las lluvias comenzaron en la región noreste de México y el
sur de Texas, pero lo que comenzó como una tormenta común, rápidamente se
transformó en un fenómeno devastador. En pocas horas, el Río San Juan, el Río
Bravo y otros cuerpos de agua de la región se desbordaron, inundando áreas que
nunca antes habían sido afectadas.
Las lluvias continuaron durante varios días, y para el 31 de marzo, las
aguas ya habían alcanzado niveles históricos, dejando a miles de familias
atrapadas en sus hogares sin posibilidad de escape.
En Reynosa, Río Bravo y Matamoros, las áreas más vulnerables, situadas cerca
de los ríos, fueron las más afectadas. Familias enteras se vieron desplazadas
de sus hogares debido al ascenso rápido de las aguas. En McAllen y Laredo, el
nivel de los ríos también aumentó peligrosamente, lo que provocó el colapso de
puentes y caminos vitales que conectaban ambos países.
Las autoridades meteorológicas de ambos lados de la frontera emitieron
alertas tempranas, pero la falta de un plan de evacuación eficaz en las zonas
más críticas hizo que muchas personas no pudieran salir a tiempo. Las familias
atrapadas en las viviendas inundadas no tenían más opción que esperar a que
llegara ayuda.
La respuesta de las autoridades: críticas y
falta de preparación.
La respuesta del gobierno mexicano y estadounidense fue ampliamente
criticada por su lentitud y descoordinación.
En Reynosa, el alcalde Carlos Peña Ortiz fue uno de los primeros en recibir
críticas, ya que no activó los protocolos de emergencia con suficiente
antelación. Aunque las lluvias se habían pronosticado desde días antes, la
falta de medidas preventivas y el escaso mantenimiento en los sistemas de
drenaje en la ciudad contribuyeron a que las aguas se desbordaran rápidamente.
En Matamoros, la situación fue similar. El gobierno local tardó varias horas
en coordinar esfuerzos de evacuación, lo que llevó a que muchas personas
quedaran atrapadas en zonas inundadas.
Las críticas hacia el gobierno de Tamaulipas también fueron contundentes, ya
que la respuesta inicial a la crisis fue insuficiente. Sin embargo, después de
una serie de presiones y manifestaciones, el gobernador de Tamaulipas, Américo
Villarreal Anaya, comenzó a coordinar los esfuerzos de rescate y distribución
de alimentos y medicamentos, aunque muchos ciudadanos seguían insatisfechos con
la respuesta.
En Texas, las autoridades estatales y locales también enfrentaron
dificultades. El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró el estado de
emergencia para las áreas más afectadas, pero las críticas hacia su
administración apuntaron a la falta de personal capacitado y la escasa
preparación ante un evento de tal magnitud.
Mientras tanto, las autoridades de emergencia locales, como el departamento
de bomberos de McAllen y Laredo, se vieron desbordados, ya que las inundaciones
alcanzaron niveles récord que no habían sido previstos.
Pérdidas millonarias en el comercio de Reynosa.
A raíz de las intensas lluvias y tormentas registradas en Reynosa en días
pasados, los establecimientos comerciales de la ciudad han sufrido pérdidas
millonarias, según las afectaciones preliminares dadas a conocer por la Cámara
Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-ServyTur). "Son más de
100 los negocios que registraron pérdida total de bienes e infraestructura, así
como 120 tiendas más que se vieron inundadas, los cuales retomarán actividades
una vez que los niveles de agua desciendan", señalaron Gildardo López
Hinojosa y Ericka Banda, dirigentes de la Cámara de Comercio local.
A través de un boletín, también se informó a Octavio De la Torre Stefano,
presidente nacional de Concanaco, y a Ninfa Cantú Deándar, secretaria de
Economía de Tamaulipas, sobre las principales afectaciones preliminares y las
preocupaciones relacionadas con la situación. Dentro de los daños causados al
comercio formal, se incluyen plafones y techos afectados, lo que aumenta el
riesgo para empleados y clientes. Además, el equipo eléctrico averiado ha
afectado la operación de los negocios y servicios esenciales.
Los daños a la mercancía también representan pérdidas adicionales
significativas para los negocios. Las fallas en los drenajes y la anegación de
calles dificultaron el acceso a los comercios y la movilidad de clientes y
proveedores. Los directivos del comercio establecido destacaron que tres
comercios fueron saqueados en lo que se califica como un acto de rapiña. Las
preocupaciones principales, según los hechos registrados, son la seguridad en
los comercios por actos de vandalismo y rapiña, que continúan afectando la
seguridad en los comercios, así como la recuperación económica y operativa, y
las condiciones de movilidad y acceso.
La respuesta de la comunidad y las
organizaciones no gubernamentales.
A pesar de la respuesta inicial de las autoridades, la comunidad fronteriza
mostró una increíble solidaridad. Las redes sociales se convirtieron en un
canal esencial para coordinar esfuerzos de rescate y distribución de ayuda.
Voluntarios de Reynosa, Matamoros, McAllen y Laredo comenzaron a organizarse a
través de plataformas en línea, estableciendo puntos de recolección de víveres
y suministros médicos.
Uno de los primeros grupos en movilizarse fue Grupo
Frontera, quienes a través de sus redes sociales hicieron un
llamado a la solidaridad. Utilizaron su influencia para recaudar fondos y
distribuir ropa, comida y productos de higiene entre los afectados.
Las Iglesias locales, tanto
católicas como evangélicas, jugaron un papel fundamental durante los primeros
días de la emergencia. Muchas de ellas abrieron sus puertas a los desplazados,
brindando un refugio temporal, alimentos y ropa. La Iglesia
Católica de Reynosa, por ejemplo, organizó una campaña masiva
de donación de sangre, mientras que varias congregaciones evangélicas de
McAllen organizaron brigadas médicas para atender a los afectados.
Voluntarios y acciones heroicas: historias de solidaridad.
La rapidez con la que la comunidad se organizó fue ejemplar. Sin la ayuda de
los voluntarios, muchos de los esfuerzos de rescate habrían sido mucho más
lentos.
Uno de los casos más conmovedores fue el rescate de una familia en Reynosa,
donde los vecinos utilizaron botes improvisados para sacar a las personas
atrapadas en sus casas. Este acto heroico fue grabado y compartido en redes
sociales, lo que provocó una ola de apoyo para los rescatistas y llamó la
atención de las autoridades locales.
En Matamoros, los voluntarios se organizaron para ofrecer comida caliente a
los afectados, mientras que un grupo de médicos y enfermeras ofreció atención
médica de emergencia en los refugios temporales. También se organizaron
brigadas para reparar los daños a las viviendas de las personas más
necesitadas, especialmente aquellas que perdieron casi todo en las
inundaciones.
Las organizaciones Cruz Roja Mexicana y Ayuda
a Migrantes Reynosa fueron fundamentales en la distribución de
ayuda humanitaria. Durante los primeros días del desastre, los equipos de
rescate y apoyo social de estas organizaciones trabajaron sin descanso para
llevar alimentos, agua potable y suministros médicos a las zonas más afectadas.
Los casos virales y la cobertura mediática.
La situación en la frontera se volvió viral en las redes sociales, donde los
usuarios compartían imágenes y videos de la devastación.
Uno de los casos más virales fue el rescate de una familia de cinco miembros
que quedó atrapada en su hogar en Reynosa. La familia había quedado aislada por
el agua y, a pesar de los esfuerzos para evacuar, no fue hasta que los
voluntarios se adentraron en las zonas más peligrosas que se pudo realizar el
rescate. El video de la operación fue compartido miles de veces en Facebook,
Twitter e Instagram, y generó una respuesta de solidaridad masiva.
Los videos también mostraron el trabajo incansable de los rescatistas y los
voluntarios, así como el sufrimiento de las personas atrapadas. A medida que la
tragedia se difundía, más organizaciones comenzaron a intervenir.
Fundación Frontera Norte y otras ONG locales
intensificaron sus esfuerzos para proporcionar refugio y alimentos, además de
colaborar con la distribución de víveres y medicamentos.
Lecciones aprendidas y
desafíos a largo plazo.
La tragedia de las lluvias de marzo de 2025 dejó muchas lecciones para las
autoridades y para las comunidades de la región.
En primer lugar, quedó claro que la infraestructura de drenaje y la
planificación urbana en ciudades como Reynosa y Matamoros deben ser mejoradas
de manera urgente. La falta de drenaje adecuado y la urbanización descontrolada
contribuyeron a la rapidez con la que las aguas inundaron las ciudades.
Las autoridades de ambos países, México y Estados Unidos, deberán revisar
sus protocolos de respuesta a emergencias y fortalecer la colaboración
binacional. Durante esta crisis, quedó en evidencia la importancia de tener
planes de evacuación más efectivos y de asegurar que las comunidades más
vulnerables reciban atención prioritaria.
Ganaderos de Reynosa: Esperanza tras la lluvia.
A pesar de la devastación, algunos sectores han visto un rayo de esperanza
tras las lluvias. Los ganaderos de Reynosa, quienes durante meses habían
sufrido a causa de la sequía, confían en que las recientes precipitaciones
favorecerán la recuperación de los pastizales, que ya se encontraban muy secos.
José H. Cantú López, presidente de la Asociación Ganadera Local, comentó:
"Nos reportaron caída de una pulgada de lluvia en algunos ranchos, pero en
otros, aseguran, cayeron hasta cuatro y cinco, y todavía esperamos que nos siga
lloviendo".
Cantú López destacó que la región había estado bajo una intensa sequía que
parecía no tener fin, pero finalmente llegaron las ansiadas lluvias que
beneficiarán tanto a los ganaderos como a los agricultores. "Seguramente,
tanto agricultores y quienes nos dedicamos a la producción de carne nos veremos
favorecidos por las lluvias, pues crecerá el monte, la nopalera y también
pensamos renacerá de manera importante el zacatal, que es alimento natural para
las reses".
A pesar de que las lluvias ya se han registrado, el dirigente pecuario
expresó su esperanza de que continúen para garantizar un beneficio más
prolongado para el hato ganadero de la región.
El pronóstico de las autoridades.
El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, al asegurar que el
fenómeno meteorológico que inundó a Reynosa deja un precedente histórico debido
a la acumulación de 14 pulgadas de lluvia en solo cuatro horas, anunció una
visita casa por casa de personal de Bienestar Social federal y estatal para
levantar un censo de las familias afectadas.
El mandatario tamaulipeco descartó que la crecida del río Bravo represente
un riesgo para la población fronteriza, pues el mayor flujo ya pasó por
Matamoros y ahora empieza el descenso del nivel. Asimismo, comentó que la
lluvia caída el pasado jueves y viernes equivalió a 350 milímetros, aunque 10
de esos milímetros se registraron en solo cuatro horas.
"Esta cantidad de agua rebasa cualquier tipo de infraestructura y
capacidad de evacuación de estos volúmenes por drenes y pluviales",
explicó Villarreal Anaya, quien también lamentó el deceso de dos personas en
esta frontera debido a inmersión tras las inundaciones.
El gobernador agregó que el Plan DN-III-3 fue activado para que con la ayuda
de maquinaria y personal del Ejército Mexicano se puedan resarcir los daños y
realizar labores de limpieza. Además, anunció que las secretarías de Bienestar
federal y estatal comenzarán el censo de las familias afectadas, visitando casa
por casa cada una de las colonias.
Villarreal Anaya solicitó a las autoridades de salud reforzar las campañas
de vacunación en la zona, así como el escalamiento de letrinas en áreas donde
existan, junto con una campaña intensiva de fumigación para prevenir el brote
de dengue debido a los encharcamientos.
El mandatario también destacó que se mantiene la participación de 700
elementos de la Defensa Nacional apoyados con 70 vehículos en las labores de
apoyo a la comunidad.
El mandatario tamaulipeco también reconoció la participación ciudadana en
las labores de ayuda, agradeciendo el esfuerzo de diversas organizaciones
civiles, instituciones educativas y grupos altruistas que llevaron alimentos y
todo tipo de ayuda a los afectados. "Con su participación se vio ese
espíritu y desempeño por salir adelante rápidamente de esta contingencia",
aseguró.
La crisis causada por las lluvias, quedará grabada en la memoria colectiva
de la región fronteriza. Sin embargo, la respuesta solidaria de la comunidad,
las organizaciones y las figuras públicas demuestra el poder de la cooperación
en tiempos de desastre.
Mientras las autoridades locales y estatales continúan con los esfuerzos de
recuperación, los habitantes de Reynosa, Río Bravo, Matamoros, McAllen y Laredo
han demostrado que, incluso ante la tragedia, el espíritu de unidad puede
prevalecer.
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