Astrid Ortiz

Astrid Ortiz

8 mar 2019

Aprende a Perdonar, y Siéntete Libre de la Sed de Venganza.


Antes de comenzar con las recomendaciones del día de hoy, quiero citar una frase de uno de los conferencistas que me gusta oír cada vez que necesito motivación sobre algo. Él es el doctor Cesar Lozano, y su frase dice así:
“que todo fluya, que nada influya” #NoTeEnganches al pasado.
Cito esta frase porque sé que muchas veces nos pasa que tenemos conflictos con ciertas personas, y nos quedamos tanto tiempo atrapados en ese asunto, que viene a nuestra mente la idea de la planificación de la muy famosa y desafortunadamente tan solicitada venganza.
Si les soy muy sincera, me inspiré para escribir este artículo en el momento que sentía un fuerte deseo por devolverle el mal que (en mi mente digo que una persona me lo provocó, pero yo sé que yo misma le permití que me lo hiciera) y si algún amigo o alguien más cercano a mí me está leyendo sabe qué es cierto. Siento que he trabajado mucho para desarrollar la habilidad de saber perdonar, y sigo en el proceso de eliminarla definitivamente de mis emociones. Sin embargo, a pesar de que no la he eliminado al 100%, puedo asegurarte que estos consejos que hoy vas a leer, me han ayudado muchísimo, y sé que a ti también te darán excelentes resultados.

Un buen motivo que me ayudó a querer perdonar y dejar atrás el deseo de vengarme, fue haciendo investigaciones sobre el mal que este sentimiento puede provocarnos, y descubrí mediante ellas que el odio puede generar enfermedades del corazón, cáncer, migraña, entre otros….
Así que: cuando perdones a alguien, no lo hagas por el bien de la otra persona sino por el tuyo.
He escuchado infinidad de veces (y estoy totalmente de acuerdo) en que cada resentimiento que sientes hacia alguien, es como traer cargando una piedra pesada, y con fuego. Ya con eso, ¿imagínate cuánto daño puedes estarte causando a ti mismo?. Dime si no: cuando tu cargas cualquier objeto muy pesado, llega un momento en el que te vas a cansar de traerlo, y una vez que lo sueltas, te sientes más relajado, y obvia y consecuentemente con menos tención. ¿apoco no pasa lo mismo cuando te liberas de un conflicto?. Y lo peor de todo es que esa piedra la tienes cargando de adorno (no sirve de nada).

Mi segunda recomendación, es que recuerdes que “todo lo bueno y malo en esta vida se regresa”. En pocas palabras: déjaselo todo a Dios, al carma, al destino, a la suerte, o en lo que quieras creer. Olvídate de aplicar la de “como me trates te trato”.
Busca justicia, no venganza.
La venganza es querer hacer que alguien sufra las consecuencias del mal que nos causó. Expresado en nuestras palabras: “que sienta lo que yo sentí, o incluso peor de lo que yo sentí”.
La justicia yo la considero como una negociación, porque en ella se llega a un acuerdo en que la persona recibe lo que se merece; no lo que el rival quiere que se merezca.

Mi último y más importante consejo: Da las gracias. Gracias porque tienes familia, porque sigues vivo…, e incluso, da las gracias por tus enemigos, pues dicen que “lo que no mata te hace más fuerte”, y ellos contribuyen con esa fortaleza y resistencia que desarrollas.
Sonríe, y hasta la próxima.

Astrid Ortiz.



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