Astrid Ortiz

Astrid Ortiz

20 jul 2019

Algún día.

Hace ya tiempo, escribí sobre cómo lidiar con la sed de venganza. Hoy, les quiero hablar y profundizar más en el motivo por el cuál debemos eliminarla. Señoras y señores, niños niñas y jóvenes: existe el vendito carma.

Cada que platico de este tema con alguien, suelo decir que el carma llega cuando ya haz eliminado por completo el deseo o la sed de vengarte de cualquier persona (cuando ya no te importa si algo bueno o malo le sucede); (cuando perdonas y aprendes a salir adelante)
Mucha gente se queja con estas palabras:
--“¡ES QUE A MÍ SIEMPRE ME TRATAN MAL, Y POR MÁS QUE PERDONO A ESA O A ESAS PERSONAS, NUUUNCAAA ME LLEGA EL CARMA!”—

Si te identificas con esta frase, quiero decirte que por más que me digas que ya no lo estás esperando, aún quieres que llegue ese carma, o ese día malo para alguna persona. ¿Cómo lo sé?: porque te estás quejando de que aún no ha llegado.

Por eso, primero que nada, quiero que te pases por mi artículo en donde te doy tips para eliminar por completo la sed de venganza, y luego vuelves aquí.



Bien: ya que lo has leído, quiero contarte algunas historias de carma, vividas por mi propia experiencia, para que puedas creer más en él:

La primer historia que quiero contarte me ocurrió desde la primaria, pero el carma llegó en la secundaria:

Empecé a tener una maestra en tercero de primaria. Ella no sonríe, se molesta constantemente y no le gustan las personas alegres (ella misma me lo confesó una vez que platicaba con ella (por las buenas) (lo cual se me hizo algo extraño porque eso casi nunca sucede)). Para ya no alargarme demasiado, (en pocas palabras) ella carga con una actitud tóxica. ¿qué tan tóxica era su actitud? (te preguntarás seguramente). Bueno: es tan venenosa, que hacía una enorme novela por cosas tan pequeñitas. Por ejemplo: déjame te cuento algo que me sucedió con ella (fue la primer anécdota con esta mujer:
(Como pasa con la mayoría de los niños), una vez falté con una tarea de su clase. (Un maestro (“normal”) podría regañar a cualquiera de sus alumnos por faltar con una tarea; pero ella … WOW, podría jurarte que casi te pide ponerte de rodillas (que una disculpa no era suficiente); casi te pone una demanda la vieja, me cae…. Total que eso me pasó a mí con ella junto con otros 2 compañeros que tampoco habían traído la tarea, y yo (una niña de 8 años; pero bien mula JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA (debo confesarlo)) no pude aguantarme las carcajadas al momento de que ella comenzó las escenas de todo este drama que te platiqué, y se hizo todo un desastre total, porque al reírme yo a carcajadas, provocaba también las de mis 2 compañeros y amigos. (pero MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM, amiguito / a: te recuerdo que no le gusta que le sonrías). Y ahí la tenía regañándonos a los 3 como por unas 2 horas más o menos, AAAHH, y pegando unos gritos … los escuchaba todo el segundo piso de la escuela: --“¡NO TE RÍAS ASTRID; ESTO NO ES UN JUEGO, YA DEJA DE REÍRTE, ¿TÚ CREES QUE YO ESTOY JUGANDO?, ASTRID: YO NO ME ESTOY RIENDO!”--…. Y entre más nos regañaba, más carcajadas me aventaba, y que me manda reporte, y “TOMA CHANGO TU VANANA”. Sale mi mamá con otro recado para la maestra, que decía más o menos así: --“Maestra: mi hija viene a la escuela a aprender, no a que le grite”--.
Y desde ese entonces, toda la primaria me hizo “la vida imposible” (hasta acabar segundo de secundaria) que fue el colmo de todo esto:
Ella me aplicaba un examen de su materia, (la cual no voy a mencionar porque sería decirles el nombre de la escuela en donde sucedió, y no quiero exponer a nadie a pesar de que tengo la libertad) pero para mi mala suerte, la evaluación correspondiente fue en la calle. Y pues ya sabrás: las peleas de siempre, los dramas de siempre … la gente se nos quedaba viendo, ¿puedes creerlo?. Yo no pude más, y rompí en llanto; fue el acto más estúpido que uno puede cometer al discutir con una persona, o como comúnmente yo los llamo: “enemigos”, porque ese rompimiento fue delante de ella. Es por eso que escribí mi artículo cómo contener el llanto”.
Yo llegué a mi casa triste, aún con ganas de llorar pero no les dije a nadie, hasta en la noche que les dije a mis papás: --“ya no quiero ir a la escuela”--. A la mañana del día siguiente, mi papá habla por teléfono a la escuela, y les pregunta que qué pasó ayer, (a pesar de que yo ya le había contado todo a él y a mi mamá). La escuela le dice no saber, y él les dice lo siguiente: --“lo que pasa es que mi hija dijo: --“papá: ya no quiero ir a la escuela”--. (y una cosa es hoy no quiero ir a la escuela, y otra cosa es ya no quiero ir a la escuela)”--. A lo cual ellos dijeron estar de acuerdo. Un rato después, mi mamá recibe una llamada de esa maestra, rogándole disculpas.
Después de eso, comenzó a portarse (no del todo bien) pero sí un poco mejor, y yo decidí por mi bien, olvidar eso y dejar de sentir ganas de venganza, hasta que lo conseguí. Y vaya sorpresa: (no quiero decir que fue algo de lo más maravilloso) pero fue un carma que no me esperaba. En una reunión de padres de familia, la maestra se cae de un tercer piso … pero voló, y obviamente escandalizó a todos (sobrevivió (gracias a Dios).
Desde ese entonces, no me volvió a tratar mal….




    
Entonces, la moraleja de todo esto es: perdona a tu enemigo. Es difícil, pero al final te haces un bien tú, y vale la pena. Es más: si el carma no llega pero tú lo perdonaste o la perdonaste, ya ni si quiera te va a importar.
yo podría contarte muchas más historias de estas, pero creo que con esto es más que suficiente.

Hasta la próxima.





Sígueme en mis redes sociales:
Facebook y Twitter.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjame tu comentario